miércoles, 27 de noviembre de 2013

Ciudad llena de ausencias



«¿Dejarás de mirar las luces sobre mi piel?»
No sé contestar cuando la pregunta es una mirada
que recorre las hojas al caer del limón.
Carlos F. Ortíz*
Adoraciones de la ausencia

Me gusta que no hagamos las cosas que no hacemos. Me gustan nuestros planes al despertar, cuando el día se sube a la cama como un gato de luz, y que no realizamos porque nos levantamos tarde por haberlos imaginado tanto. Me gusta la cosquilla que insinúan en nuestros músculos los ejercicios que enumeramos sin practicar, los gimnasios a los que nunca vamos, los hábitos saludables que invocamos como si, deseándolos, su resplandor nos alcanzase. Me gustan las guías de viaje que hojeas con esa atención que tanto te admiro, y cuyos monumentos, calles y museos no llegamos a pisar, fascinados frente a un café con leche. Me gustan los restaurantes a los que no acudimos, las luces de sus velas, el sabor por venir de sus platos. Me gusta cómo queda nuestra casa cuando la describimos con reformas, sus sorprendentes muebles, su ausencia de paredes, sus colores atrevidos. Me gustan las lenguas que quisiéramos hablar y soñamos con aprender el año próximo, mientras nos sonreímos bajo la ducha. Escucho de tus labios esos dulces idiomas hipotéticos, sus palabras me llenan de razones. Me gustan todos los propósitos, declarados o secretos, que incumplimos juntos. Eso es lo que prefiero de compartir la vida. La maravilla abierta en otra parte. Las cosas que no hacemos.
Andrés Neuman
“Las cosas que no hacemos”, en El fin de la lectura


                                                       27.11.13
no le digan
               chilangolandia
                          al defectuoso.

mequetrefe
                    guerrerense
                       perdido —otra vez—
                                           en la gran ciudad
                      —¿así se sentía babe? —

luego
                               de cuatro años
                                 el metro no parece más
                                 un monstruo.




*Agradezco enormemente a Carlos F. Ortíz por los poemarios obsequiados y las conversaciones largas y tendidas en el café La Covacha de Chilpancingo, Gro.

2 comentarios:

  1. Me encantó el texto de Neuman y me alegra que ya seas parte de la cultura "defectuosa" que renueva a Chilangolandia todos los días. Nos vemos en diciembre, te quiero.

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  2. Mi Lucho tan bello. Yo adoro (también) todo lo que no hacemos y que pareciera tener una hora de llegada en algún momento,en algún lugar.

    Te amo, Pablo.

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