«¿Dejarás de mirar las luces sobre mi piel?»
No sé contestar cuando la pregunta es una mirada
que recorre las hojas al caer del limón.
Carlos F. Ortíz*
Adoraciones de la ausencia
Me gusta que no hagamos las cosas que no hacemos.
Me gustan nuestros planes al despertar, cuando el día se sube a la cama como un
gato de luz, y que no realizamos porque nos levantamos tarde por haberlos
imaginado tanto. Me gusta la cosquilla que insinúan en nuestros músculos los
ejercicios que enumeramos sin practicar, los gimnasios a los que nunca vamos,
los hábitos saludables que invocamos como si, deseándolos, su resplandor nos
alcanzase. Me gustan las guías de viaje que hojeas con esa atención que tanto
te admiro, y cuyos monumentos, calles y museos no llegamos a pisar, fascinados
frente a un café con leche. Me gustan los restaurantes a los que no acudimos,
las luces de sus velas, el sabor por venir de sus platos. Me gusta cómo queda
nuestra casa cuando la describimos con reformas, sus sorprendentes muebles, su
ausencia de paredes, sus colores atrevidos. Me gustan las lenguas que
quisiéramos hablar y soñamos con aprender el año próximo, mientras nos
sonreímos bajo la ducha. Escucho de tus labios esos dulces idiomas hipotéticos,
sus palabras me llenan de razones. Me gustan todos los propósitos, declarados o
secretos, que incumplimos juntos. Eso es lo que prefiero de compartir la vida.
La maravilla abierta en otra parte. Las cosas que no hacemos.
Andrés Neuman
“Las cosas que no hacemos”, en El fin de la lectura
27.11.13
no le digan
chilangolandia
al defectuoso.
mequetrefe
guerrerense
perdido —otra vez—
en
la gran ciudad
—¿así se sentía babe? —
luego
de cuatro años
el metro no
parece más
un monstruo.
*Agradezco enormemente a Carlos F. Ortíz por los poemarios
obsequiados y las conversaciones largas y tendidas en el café La Covacha de
Chilpancingo, Gro.